lunes, 19 de julio de 2010
Temperamento indomable
Un estudiante zen se dirigió a Bankei y se quejó:
_Maestro, tengo un temperamento indomable.
¿Cómo podría curarlo?.
_Tienes algo muy extraño. Déjame verlo _replicó Bankei.
_Justo ahora no puedo enseñároslo _contestó el estudiante.
_ ¿Cuándo podrás?_preguntó Bankei.
_Surge de improviso _explicó el estudiante.
_Entonces _concluyó Bankei_, no debe ser tu auténtica naturaleza. Si lo fuese, podrías enseñármela en cualquier momento. Cuando naciste no lo tenías, y tus padres no te lo dieron. Piénsalo otra vez.
Historia zen.
_Maestro, tengo un temperamento indomable.
¿Cómo podría curarlo?.
_Tienes algo muy extraño. Déjame verlo _replicó Bankei.
_Justo ahora no puedo enseñároslo _contestó el estudiante.
_ ¿Cuándo podrás?_preguntó Bankei.
_Surge de improviso _explicó el estudiante.
_Entonces _concluyó Bankei_, no debe ser tu auténtica naturaleza. Si lo fuese, podrías enseñármela en cualquier momento. Cuando naciste no lo tenías, y tus padres no te lo dieron. Piénsalo otra vez.
Historia zen.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Acertada y magnifica relfexión.
ResponderEliminarEncantado de leer tus entradas.
Un abrazo Monica.
Perdona, quise decir "reflexión"
ResponderEliminarVi esa película hace años... cuando estaba muy enc ontacto con el Budismo Vajrayana de la Escuela Kagyu... donde estaba mi buen Maestro.
ResponderEliminarVienen a mi el desapego... el deseo... la vacuidad y la realidad relativa... la Gran Bodhichita, hermano.
Y la auténtica Naturaleza... esa esencia prístina búdica... que reposa diamantina iluminando nuestra conciencia dual.
Gracias... gracias... gracias.
OM... AMÉN.